Textos inspirados

Haya en ustedes esta manera de pensar que hubo también en Cristo Jesús. Filipenses 2:5

A nadie se le impide alcanzar, en su esfera, la perfección de un carácter cristiano. Por el sacrificio de Cristo se ha provisto para que los creyentes reciban todas las cosas que pertenecen a la vida y la piedad. Dios nos invita a que alcancemos la norma de perfección y pone como ejemplo delante de nosotros el carácter de Cristo. En su humanidad, perfeccionada por una vida de constante resistencia al mal, el Salvador mostró que cooperando con la Divinidad los seres humanos pueden alcanzar la perfección de carácter en esta vida. Esa es la seguridad que nos da Dios de que nosotros también podemos obtener una victoria completa. HAp 424.1

 

Ante los creyentes se presenta la maravillosa posibilidad de llegar a ser semejantes a Cristo, obedientes a todos los principios de la ley de Dios. Pero por sí mismo el hombre es absolutamente incapaz de alcanzar esas condiciones. La santidad, que según la Palabra de Dios debe poseer antes de poder ser salvo, es el resultado del trabajo de la gracia divina sobre el que se somete en obediencia a la disciplina y a las influencias refrenadoras del Espíritu de verdad. La obediencia del hombre puede ser hecha perfecta únicamente por el incienso de la justicia de Cristo, que llena con fragancia divina cada acto de acatamiento. La parte que le toca a cada cristiano es perseverar en la lucha por vencer cada falta. Constantemente debe orar al Salvador para que sane las dolencias de su alma enferma por el pecado. El hombre no tiene la sabiduría y la fuerza para vencer; ellas vienen del Señor, y él las confiere a los que en humillación y contrición buscan su ayuda. HAp 424.2

Análisis

De estos dos párrafos podemos sacar las siguientes enseñanzas (que deben estar en armonía con la biblia y los demás escritos de EW):

  1. La perfección del carácter cristiano es algo posible en este cuerpo mortal, y no es algo que Cristo vaya a darnos con ocasión de su Segunda Venida. No solo es algo posible, sino que es necesario para ser salvo. Es algo que Dios espera de nosotros ahora, antes del fin del tiempo de gracia, y sin ello no vamos a pasar el tiempo de angustia, de ninguna manera. Para ello ha hecho amplia provisión de todos los medios necesarios. No por nuestra propia fuerza, sino por el poder divino, la humanidad puede y debe vivir sin pecar. Es el privilegio más sagrado y sublime que se haya puesto alguna vez delante de un ser humano.
  2. Cualquier ministro, sea quien sea y tenga el pedigree que tenga, que se suba al púlpito para enseñar o incluso insinuar otra cosa, lo que hace es predicar un falso evangelio, y mientras “muestra una apariencia de piedad, niega el poder de ésta”. Demasiado a menudo nuestro pueblo es confundido por líderes que o están confundidos a su vez, o han aceptado en rebeldía un falso evangelio, y “se sientan a comer y a beber con los borrachos” Mateo 24:48 (Los borrachos toman vino, de la mano de Babilonia, que es la falsa doctrina del catolicismo romano y del protestantismo apóstata. Éstas falsas doctrinas también son adoptadas por gran parte de Laodicea). En este funesto acto, participa tanto el ministro que predica, como el laico que escucha y cree tragando sin masticar y sin “verificar que esas cosas son así” Hechos 17:11, simplemente porque el ministro en cuestión tiene buena reputación, currículum, posición, etc. Lo mismo es válido para los libros que leemos. Que nadie se engañe creyendo que por comprar un libro de la iglesia o de la librería de la iglesia, o publicado por una casa editora Adventista, va a estar libre de estos errores. ¡Nada más lejos de la realidad! Nuestras librerías están infestadas de libros que presentan un falso evangelio. Digo esto con tristeza, pero plenamente consciente de lo que hablo, y puedo probárselo de forma absoluta e irrefutable a cualquiera que tenga interés.
  1. La humanidad de Cristo (su naturaleza humana) al nacer fue exactamente igual que la nuestra, caída y pecaminosa. Nota que el texto dice “perfeccionada por una vida de constante resistencia al mal” y no dice “perfeccionada desde el nacimiento”. Si no hubiera estado caída y pecaminosa, sino que hubiera sido perfecta desde su nacimiento como muchos eruditos adventistas afirman, ¿que cosa habría “perfeccionado por una vida de constante resistencia al mal”? ¿y que ejemplo sería para nosotros de haber tenido una humanidad tan solo un 1% diferente a la nuestra? Os digo que ninguno. Nos podríamos agarrar a eso para excusar el pecado y decir que Cristo venció porque “estaba hecho de otra pasta”. Este es el error que lleva a los adeptos del falso evangelio a llegar a la conclusión de que “pecaremos hasta que Cristo vuelva”. Ellos creen y predican que “el pecado está en el ADN” y que “nacemos pecadores” y que «pecamos porque somos pecadores, y no somos pecadores porque pecamos» y que hasta que no tengamos cuerpos inmortales, no podremos vivir sin pecar. Esto niega el poder del evangelio de forma flagrante y la misma biblia, que nos exhorta: “No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias” Romanos 6:12. Sin embargo ellos dicen mediante sus enseñanzas que lo que la Escritura nos exhorta aquí es imposible, y que hay que esperar a tener un cuerpo inmortal para poder obedecer la ley de Dios de forma perfecta. En este hecho le dan la razón a Satanás, que acusó al Gobierno Divino con el argumento de que la Ley de Dios no podía ser guardada por el hombre caído. Pero Dios ha demostrado en Cristo que esa acusación es falsa, y demostrará nuevamente delante de todo el universo la falsedad de esa acusación cuando el poder del evangelio consiga que toda una generación viva sin pecado en perfecta obediencia a Su Ley. De esta manera Dios terminará de aplastar la cabeza de la serpiente de una vez por todas, según está escrito: » Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.» Romanos 16:19. Si, Cristo nació con una humanidad caída exactamente igual que la nuestra. Pero eso no es pecado. «Pecado es transgresión de la ley» 1 Juan 3:4 y esa es la única definición de pecado que da la Biblia. La gran ventaja que trajo Cristo no fue una humanidad diferente, que lo colocaría fuera de nuestro alcance como Ejemplo. Esa gran ventaja que Él trajo es el Espíritu Santo, que subyuga cada tendencia pecaminosa ya sea heredada o cultivada, en este mismo cuerpo mortal con naturaleza humana caída y pecaminosa. Es el secreto de su victoria perfecta, y debe ser el secreto de la nuestra si hemos de pisar en sus pisadas, vencer, y “sentarnos con Él en su trono” Ap. 3:21.

 

Conclusión

Mis queridos hermanos laodicenses, el tiempo está casi terminado. Más pronto de lo que muchos piensan, el Ángel de la Misericordia levantará su último vuelo para no volver nunca más. El fin del tiempo de gracia se cierne sobre nosotros con alarmante rapidez. Ésta puede ser la última llamada a amar a Cristo de forma suprema y dejarte atraer por su amor para que por Su divino poder, perfeccione tu carácter. No te dejes engañar por falsos evangelios predicados por “ciegos que guían a otros ciegos”. Caigamos juntos como pueblo al pie de la cruz y pidamos que se nos abran los ojos (colirio) para entender el costo de nuestra redención. Tengo la certeza de que si apenas comprendiéramos una gota de éste vasto océano, tendríamos tal aversión por el pecado que preferiríamos la muerte antes de pecar y crucificar con ello nuevamente a nuestro Salvador con cada acto de rebeldía. Si HOY decides rendir tu vida a Cristo, HOY mismo obtendrás el manto de su perfecta justicia, y el poder divino para mantenerlo “sin mancha y sin arruga ni cosa semejante” Efesios 5:27. Porque “poderoso es Aquél para guardarnos sin caída, y presentarnos sin mancha delante de su gloria.” Judas 1:24 ¡Que «Cristo viva en cada uno de nosotros, esperanza de gloria» Colosenses 1:27, ya que gloria es igual a carácter, y que «por el Espíritu seamos transformados de gloria en gloria a la misma imagen de nuestro Salvador» 2Corintios 3:18 ! ¡Buena y victoriosa semana! ¡Maranatha!